"Sólo que la ventana de ese cuarto llora los amaneceres,
sólo que los mares de las dudas se han transformado en desgarros,
sólo que las promesas que nos hicimos han desaparecido entre olas
y el reloj discute tonterías con los besos sutiles.
Se me acaba el alfabeto, lloro nubes y convierto en lava mis letras
y nunca más o un poco menos, las montañas se alzarán hacia el cielo
con el amor y la esperanza.
Que es mejor que no me olvides sino que me guardes en tu memoria,
en tu corazón y en tu boca, para que así, sólo de esa forma,
puedas darme rosas rojas al despertar cada mañana
y apasionados besos cada noche..."
Y como va de rosas, pues eso, más rosas.