viernes, 20 de noviembre de 2009

La espada de Damocles...

La vida es así. Siempre estamos pendientes de un hilo. En un segundo todo puede cambiar. Cuando uno menos lo espera el hilo se rompe. Hay cosas que no entiendo y que quizá no entienda nunca. Una persona puede morir en unos meses a causa de una enfermedad inesperada y grave. Otra se salva de morir arrollada por un camión, sale ilesa del atropello... Esa es la cosa. El destino? El azar? Dios? ¿Quién o qué marca esas pautas?
Preguntas, preguntas, preguntas sin respuestas. Aunque a pesar de todo hay que tener esperanza y seguir viviendo. ¡La vida es bella!
¿La vida es bella...?
Y quizá alguno de vosotros, si leéis esto, os preguntaréis: ¿Y eso a qué viene? Pues es muy fácil, simplemente son "cosas mías".


Al final

Al final de los tiempos no sabremos nada nuevo.
Los huesos seguirán siendo viejos,
las arrugas aún más profundas.

No busques calor a través de mi piel,
sigo disfrazada de colores marchitos.
Lo estaré siempre.
Y tú nunca sabrás si te amé,
no lo recordarás ni por encima del dolor
ni por debajo de la lujuria.

A pesar de todo, en un breve instante,
el recuerdo, a ti y a mí,
nos llenará los ojos de ceniza...

(Del poemario: Amayamar)