Sé que podría olvidarte de una sola vez,
pero ¿qué conseguiría con eso?
Por si acaso te vas, me quedo sólo con las sensaciones
y la sabiduría pálida de tus ojos.
No te engañes.
Quien te cose a mis caderas no es la duda
ni las linternas azules que marginan sombras,
sino mi deseo.
Este deseo de sentir tus brazos
aplastando mis huecos de azucar.
Las aguas serpentean
y el aliento enmudece
tras mis sollozos
en la noche que vela.
Y no sé, no sé si mañana
me besará tu boca.
(Del poemario: Amayamar)
10 comentarios:
El deseo eterno va cosiendo, día y noche como Penélope. El constante tejer y destejer. ¡Cuan pérfido es el deseo! y el amor, que corta el hilo de toda cosa humana.
Salud
Francesc Cornadó
Una imagen impresionante,
el deseo siempre nos puede Silice.
es un placer pasar por tu casa.
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
No creo que puedas olvidarle tan fácil aunque quisieras, cuando el deseo lo mantiene atado a tus caderas.
Precioso tu poema, Silice. Feliz semana. Saludos cordiales.
¿Se llenarán alguna vez esos huecos de azúcar?... deseo eterno, sin respuesta posible.
Un beso muy grande, poeta.
¡Gracias por entrar y comentar, Francesc! Nos vemos el miércoles. Un abrazo.
Para mí es un placer que tú entres aquí, Ricardo. Yo pasé por tu blog y te sigo.
Abrazos.
¡Feliz semana, para ti también, Juan! Y ya sabes que puedes envíarme más poemas cuando quieras: info@radiounioncatalunya.com/
Un abrazo.
Pues, quién sabe, Luisa, quién sabe.
Tú siempre tan amable, me alegra verte por aquí, aunque yo esté tan atareada y no "cumpla" con los amigos, pero no es por falta de ganas sino por falta de tiempo...
Un abrazo grande.
No se necesitan plazos para el olvido,
ni el olvido es la solución del desamor,
mastiquemos con coraje la amarga hierba,
traguemos saliva, aunque mate su sabor.
Un beso, querida Inma. Nos vemos el Viernes.
¡Gracias, Juanjo! Sí, nos vemos el viernes. Un abrazo.
Publicar un comentario