en el frío silencio
de la distancia,
como un encaje marchito,
como un rayo de azar retrasado.
Mi boca busca la suya
ahí en la ausencia;
porque es ahí donde lo amo,
porque es ahí, en la lejanía,
donde se encuentra.
Por eso permanezco muerta en vida.
Quiero amar no lo que amo en realidad,
sino lo que yo amaría:
un reflejo bermejo de su pelo
bajo la lámpara...
Nadie lo sabe,
tengo la cabeza metida entre arbustos,
pero no para esconderla
sino porque mi ilusión es ser un árbol.
(...de mis ramas cuelgan zapatos azules de gamuza...)
2 comentarios:
Pues es evidente que me va mejor cuando pongo cosas de mis amigos que cuando escribo algo mío...(je,je)
Un amor intangible, irreal.
Es hermoso el poema.
Saludos.
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