jueves, 7 de mayo de 2009

Jaime Vándor


Jaime Vándor ( Viena, 1933 )
Refugiado en Budapest en 1939, pasa las vicisitudes de las persecuciones de los judíos y de la II Guerra Mundial en Hungría. Estudios en Barcelona desde 1947. Desde 1958 hasta su jubilación en 2003 enseña Lengua y Literatura Hebreas, Historia del Judaísmo Moderno y otras materias en la Facultad de Filología de la U. de Barcelona.
Ha dado centenares de conferencias sobre temas de historia y cultura judaicas, literatura universal, especialmente del ámbito de las lenguas alemana, húngara y hebrea, así como de Historia de la Música. Su tesis doctoral, de literatura comparada, apareció con el título de "Los ricos de espíritu". Estudios en torno a un personaje literario (Muchnik, Barcelona, 1989), obra en la que establece, partiendo de "El idiota" de Dostoievski, un tipo psíquico de la máxima perfección humana, desde Homero hasta el drama y la narrativa de nuestros días.
Poesía: "Algo largamente inesperado" (1999) y "Los flancos desprotegidos" (Seuba, Barcelona, 2002), "Nunca Korczak llegó a Jerusalén" (El Toro de Barro, Cuenca, 2002) y "Cosas que no entiendo" (Libros Certeza, Zaragoza, 2005).

Autorretrato yacente
Tengo que llevar mis huesos al taller de
recambios que está por inventar.
Así estoy bien, echado
y sin que
los portadores protesten de su carga.
Los ojos abiertos por un dulce insomnio
medito sobre el hoy y el mañana.
Nada que ver, nada que oír,
gafas y audífono
duermen dóciles junto al despertador.
Me disgustaban dos pliegues convexos
prolongando los bordes de la corbata
en mi cuello, liso
no hace tanto.
También eso pasó: determiné ignorarlos.
Los cabellos volaron, queda un páramo.
Sólo los ojos brillan todavía esperanzados.
Como dos astros gemelos que
parpadean
en la bruma de la noche cansada.
(De "Cosas que no entiendo" )


Después de este poema, ¿qué puedo decir de Jaime Vándor? Sólo le envío desde aquí todo mi cariño y mi admiración. También mi "envidia sana", porque pienso que es un ser muy afortunado, ya que a pesar de todas sus vivencias sus ojos "todavía brillan esperanzados".

10 comentarios:

Ana Márquez dijo...

Una forma brutalmente clara y tierna a la vez de definir la vejez, con todas sus sombras, y también su luz. Todo un hallazgo. Gracias por presentarme a este poeta. Un besazo, Inma

Luis Vea dijo...

No tengo el gusto, Inma.

Luisa Arellano dijo...

Te felicito por tu blog, donde acercas a buenos escritores y nos ofreces tu obra.

Me gusta lo que he visto. Ahora apenas estoy en internet, pero te enlazaré (de forma anónima, no veo que tengas seguidores públicos) para no perderte de "vista".

Un placer.

Antonio dijo...

La vejez... esa extraña e incomprensible etapa a la que tanto le teme la juventud. La vejez es el reencuentro con uno mismo, es la búsqueda de la verdad atesorada a lo largo de la vida, la etapa del balance, de las conclusiones y de convertirse en fuente donde fluya todo lo acumulado con efecto nutriente, fuente de sabiduría. ¡Ay! si no fuera porque la Tv y sus adláteres nos aíslan, nos ignoran y ningunean, los mayores seguiríamos siendo fuente documental inagotable de vivencias y experiencias, cronistas vivos de la historia reciente cargados de humanidad y sentimientos, transmisores de cultura en su sentido más amplio. Sus síntomas, invalidantes físicos, son una señal cronológica que avisa para no perderse este objetivo. Quien no los detecta y acepta, entra en el vertiginoso tobogán del conflicto interno, en la rebelión que lleva al vacío del ciclo vital…
Por tanto, ha llegado el momento de amar mi calvicie, mis dolores articulares, mis pequeñas amnesias, mi libido menos exigente y demás, que me orientan en el camino final de mi vida… el ciclo vital está cambiando, avisote para que le des buen uso, porque te vas a marchar y debes dejar testimonio responsable de tu paso por aquí, por la vida…

Un abrazo inma y ya sabes como soy, cuando cojo una idea me aferro a ella hasta sacarle el jugo… hasta parirla…

Alhucema dijo...

Este poeta es mi cuñado, Ana.
¡Gracias por entrar aquí!

Un beso.

Alhucema dijo...

Luis, no te entendí. ¿Qué quieres decir...?

Alhucema dijo...

Luisa, qué alegría verte! Quiero encontrar el blog de Dani, ¿lo sabes?

Un abrazo y te sigo, por supuesto. El tuyo es un gozo...

Inma

Alhucema dijo...

Antonio, que sí, que yo puedo amar tus amnésias, tu calvicie, tus dolores articulares...,pero, chico, los míos no...(jeje)

¡Gracias por entrar aquí! Tus opiniones siempre me hacen reflexionar y me enriquecen. De todos modos envejecer, j... bastante.

Un beso.

Luis Vea dijo...

Que no lo conozco para mi desgracia...

Antonio dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que envejecer j... bastante. Ayer estuve en Ronda en una reunión de profesores y alumnos/as de enfermería y te puedo asegurar que el elemento comparador me destrozó la autoestima de forma transitoria a la vista del material aledaño... je, je, je... Compararse a chavales de 20 años es traumatizante y ver a las chicas de 20 es frustrante...

Un beso y nos lo tomaremos con filosofía... despues de todo, anoche, me conformé viendo una foto mía cuando tenía los 20 también y deambulaba por Cidesa, cada cosa en su momento...